Unos ojos negros

 Unos ojos negros


¿Cómo es ella? ¿Existe en alguna parte? Ella seguro que tiene  algo de todas las mujeres que ha conocido y parecerse a ninguna. Ella  posee alguna cualidad o gesto que le resulte familiar en cuanto  la vea, dondequiera que fuere. Si se hubiera cruzado con ella, la hubiera presentido, sabría que la búsqueda habría  concluido, que su complemento estaba allí, y habría sabido darla lo que hubiera deseado sin necesidad de que se lo pidiera. Habría sabido sus respuestas casi antes que lanza sus preguntas. Sus silencios estarían llenos, una palabra o un gesto seria un complemento de sus almas que les proporcionaría plenitud y felicidad... 

El vagón del Metro está repleto. No cabe un alma. Al parar en una estación, montan varias personas, y entre ellas, unos ojos. Es una joven morena, aproximadamente de su altura  y posee los ojos más oscuros y bonitos que ha visto en su vida. Desde el primer instante, sus miradas se clavan, queda prendidas la una en la otra.  Son, no ya sus ojos los que se encuentran, sino ellos mismos mirándose por dentro. Hay dulzura en la mirada, bienestar,  y mucha paz. Ni siquiera pestañean. Es un intercambio de algo que no puede definirse. El frenar del tren indicando la llegada a una próxima estación. Les saca de su  estado.  Ella sale del vagón, él permanece en pie, no hace nada por seguirla, quedando clavado donde está sin reaccionar, mientras se cierran las puertas y la pierde de vista saliendo para siempre de su vida…

 Nunca olvidaría esa mirada, nunca olvidaría esas sensaciones  que aún perduran en él. ¿Puede que fuera ella? Nunca lo sabrá ¿Qué historias habrían vivido? Puede que las mismas, puede que otras completamente diferentes, puede que hayan tenido que vivir en diferentes mundos para poder encontrarse. Puede que el momento compartido  sea corto, pero la huella dejada perenne. Puede que solo se encuentren de nuevo para vivir su final. Pudiera ser que tan solo sea  una  utopía de amor eterno o que sea parte de un fenómeno descrito como “ya vivido”. Eso es posible pero ¿Dónde? ¿En esta vida? ¿En otra ya pasada?, ¿futura? ¿Cómo puede saber cuándo y cómo? .No lo sabe,  ha de cumplir su ciclo, ha de vivir, luchar, amar, desamar, estar abierto a todo, tener la tranquilidad necesaria para tomar del camino lo que cree que es bueno, lo mejor, aquello que le purifica, e ir dejando detrás todo lo negativo, como si fuera la muda de una serpiente. Lo que de alguna manera  le obliga a estar en evolución permanente, y puede que en esa evolución, si es ella, de nuevo la encuentre.


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