ALICIA
Alicia La vista desde la ventana es una mezcla de verdes y rosas. Se distingue el verde claro de los prados con ese otro más oscuro que forman los bosquecillos de enebros y fresnos. Como contrapunto, complementando el espacio, techados de teja rosa entre moles de granito rosáceo. La sensación es de calma. Una enorme paz parece dominarlo todo. Sólo, de cuando en cuando, el murmullo del viento entre las hojas, anima el paisaje en una tarde calurosa donde la vida lo domina todo: la hierba, los insectos, los pájaros, las reses pastando en los cercados y los paisanos sesteando dentro de sus casas. Hace calor, muchos dormitan, otros ven televisión, otros no hacen más que buscar algo que hacer, y otros se aburren. Es la condición humana. Dentro de cada cual hay un instinto que le hace ser como es. Que le hace ocupar su tiempo de una forma determinada, como si eso fuera lo único importante,