Rutina diaria



De  nuevo, ante lo que el inmediato e incipiente futuro  depare.  La rutina diaria. Todo un día por delante escrito en blanco. Es la aventura de la vida. Una vida tranquila, sin grandes sorpresas, en la cual se va forjando mi espíritu,  analizando, según se producen, hechos, acontecimientos resultados, experiencias, y también sintiendo tu ausencia.

 Desde el mismo momento en que abro los ojos, me llegan preguntas: ¿Cómo será nuestra vida? ¿Podremos unir nuestros mundos? No lo sé. Voy a ti con esperanza, ilusionado de mi amor, que eres tú. Espero el momento de poder encontrarte.
 El uno frente al otro. Si, soy yo, ven, acércate, puedes tocarme porque existo, porque estoy aquí para ti. Y deprisa, o despacio, no lo  sé, llegará esa primera mirada en directo tal y como soñaba, y ese primer contacto; Brazos abiertos, extendidos, sonrisa acogedora invitando al abrazo, al fundido físico, mientras las mentes preguntan ¿Qué piensa? Todo está bien.
 Si, es ella. Curioso momento miles de veces pensado. Ese será el principio, y después... En el principio fue el Verbo, la palabra, y después nosotros, solos los dos para sabernos, vivirnos, proyectarnos hacia un futuro lejano, llenos de esperanza. Mientras tanto, aquí estoy en la rutina diaria, sin grandes sorpresas, intentando contestar a la pregunta.
                 ¿Llegare a merecerte?
Rafael Serrano Ruiz

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