Ondas en la noche

             Ondas en la noche.


Miro hacia la calle desde una ventana. Observo desde la posición elevada  que ofrece el apartamento donde me encuentro. No hace frío, las farolas están encendidas. Es una calle más, una calle cualquiera de no se qué ciudad. Los coches están aparcados en batería lo que reduce el trafico de vehículos  de una calle de por sí tranquila. Hay pocas luces encendidas en las casas, más bien son dos las casas iluminadas en el espacio de toda una manzana. Son pocos los paseantes. Un hombre, mientras camina, habla por un  teléfono  móvil. De vez en cuando, mira en la dirección en la que me encuentro. Él no me ve, pero yo distingo  hasta su  impaciencia. Habla de forma tranquila, sin alterarse. Da la sensación  de estar esperando que rápidamente se produzca algún tipo de acción .En ningún momento ha intentado ocultar su presencia, como si fuera una provocación para que yo moviera ficha. A pesar de encontrarme fatigado, debo esperar antes de salir para mi escondrijo. Es mejor que haya más oscuridad,  que entre más la noche,  y eso  que mientras esté a nivel de superficie, las ondas me tienen sometido a su poder. Las ondas electromagnéticas inundan, como siempre el éter, pero en su fluir hay algo que repercute en mi espíritu. No puedo imaginar que  un gobierno, por muy tiránico que sea, haya podido diseñar un sistema tan perverso y tan adelantado científicamente, como para dirigir a las masas hacia un estado tan anodino. Normalmente se conformaban con dirigir a la población por medio de la  televisión propagando e intoxicando hasta la saciedad; exagerando, dosificando, informando y desinformando, para que todos acaten como cosa natural el permanecer lo más quieto posible: grandes incendios en… lluvias terroríficas por… ¡Cuidado, no salgan este fin de semana, los hielos...! se prevé alerta amarilla en…calores fuera de lo normal… permanezcan en sus casas…  y así, van controlando, delimitando movimientos, sujetando espíritus. Ahora todo es más científico. Basado en la teoría de los repetidores y bajo el pretexto de seguridad y modernidad, han llegado a la implantación de  nano-chips biológicos dentro del sistema de vacunas de tal forma que pueden controlarnos de forma individual desde nuestra más tierna edad. Yo no quiero imaginar cual es la causa, pero estoy considerando que por algún motivo concreto, están  dirigiendo hacia mi esos haces de ondas que me mantienen en tal estado.

Todo en mi rededor es normal. Las personas de mi entorno hacen su vida cotidiana sin problema alguno. Los receptores de los diferentes sistemas de escucha  trabajan sin la mínima sensación de que interferencia alguna, influya en sus circuitos, pero yo, siento esa vibración típica del  flujo electromagnético que me atenaza, me envuelve e  impide actuar con toda normalidad. ¿ Este conocimiento  será parte del problema?

En las profundidades de la tierra es únicamente donde puedo descansar, claro que es imposible vivir permanentemente en dichos lugares y por más que intento encontrar una solución, no la hallo. Sé que algo debo de descubrir, que el mensaje, si lo hay, posiblemente  no sea  destructivo, si no informativo, avisarme de algo que podía suceder,   Pero: ¿qué es?¿de que se trata? ¿Es posible que estén intentando entrar en mi yo; que  tanta información sea sólo un sistema de camuflaje para leer hasta el último rincón de mi subconsciente?. Todos los estímulos y las decisiones están dentro de mi, todas son probables, pero sólo tomo unas y esa son las que van formando mi camino. ¿Por qué tomo esas y no otras? ¿Cuáles son los motivos, razonamientos y estímulos internos que me hacen elegir? ¿Por qué cada vez esas decisiones han de ser tomadas con una mayor celeridad, sin siquiera  poder llegar a valorar sus consecuencias en un medio plazo? ¿por qué no quieren que actúe en mi racionalidad? ¿en qué estoy dañando al sistema?  Seguro que han detectado mis dudas  pero no soy nadie, no he hecho critica pública, ¿El conocimiento?,¿es ese mi error?¿ mis conocidos y su control? 

Un terrible sopor se va apoderando de mi y lleno de zozobra  caigo en un profundo sueño, dudando de la causa de mi desconcierto.


Rafael Serrano Ruiz

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