El Hado
¡El HADO! ¡Hado que en tu infinita presencia tejes maldades y virtudes jugando con los humanos! ¿Acaso vuestro sino es dar y arrebatar sin tan siquiera insinuar si estamos prestos a renunciar? ¿Es ese nuestro castigo por intentar amar? Y así, Nos incitáis al amor… glotones, ansiosos de caricias, ardores y pasiones, creyendo sentir su llegada salir de nuestro profundo yo en un dichoso instante. Y así, en tal dulce estado de locura, vemos en la amada su esencia pura, de su rostro la armonía, el equilibrio delicado en su figura… la belleza de un perfecto amanecer en su mirada… y su energía, como catarata rompedora y eterna modeladora del instante. Y así, Efímero o perdurable, es sueño ilusionado, dependiendo del capricho… del Hado. Y así, sufriendo por el perdido amor, motor de vida, y una vez curado del...