De la vida IV
Luz etérea; en difuminada alborada cálidos cuerpos yacen Despertar de sensaciones. Las manos se buscan, sus miradas se cruzan. ¡Buenos días mi amor! ¿Dormiste bien? La realidad se impone; la vida los separa por un instante, por unas horas... La luz pierde su batalla ¡Hola mi amor! ¿fue duro el día? Dos manos se unen, dos bocas se juntan; nuevas caricias funden sus almas De nuevo el reposo esperando el mañana