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Mostrando entradas de marzo, 2011

Una Canción

Una Canción La canción suena, los ojos   se cierran. Divaga la mente, huye del presente   Palabras   que   llenan,   sentimientos   que vuelan,   recuerdos   que llegan,   miradas que queman Sensaciones, emociones, olores. Recuerdo de amores Cabellos de muchos colores. Bocas de dulces sabores Manos de tactos ardientes Pechos ansiosos, turgentes Piernas largas como puentes Se apaga el sonido, retorna el sentido. Ya no está ausente,                                                                        vive el presente

Un nuevo amanecer

                                      Un nuevo amanecer Suaves fragancias   llegan de lejos rompiendo barreras   que impiden   afloren sentimientos y recuerdos.   Mas cuando en un descuido, saltando barreras llegan, a veces alegran y otras destrozan por muy lejanos que sean.   Heridas que nunca curan, cicatrices que delatan el vivir,   el haber sentido.   Con el tiempo, los dolores se amortiguan,   se endulzan con nuevas vivencias,   se ocultan en el yo profundo, donde parecen quedar olvidadas   pero… Un aroma,   una suave brisa,   un explendor en la hierva, tiran con fuerza de él para sentirlo de nuevo.   No tan tenaz, no tan doloroso, pero presente,   lo suficiente para cuestionar … Y si…   Es una sombra que pasa;   el momento ha terminado.   El aroma, o la brisa, o el rayo de sol   reflejado en su cabello,   no tiene el mísmo significado , es otro tiempo, un mundo   distinto y entonces se extiende la mano ofreciendo una nueva caricia. No se ha de temer el dolor pasado, no impo

La Batalla

                                                     La batalla Miro las luces del techo, los ojos las siguen en una carrera loca, no pueden parar. Me asusto, tengo que cerrar los ojos, la cabeza no deja de dar vueltas. Me aferro al sofá,  clavo los dedos en él como mi último asidero mientras   intento reducirme para ocupar la mínima cantidad de espacio posible.  Ignoraba que un  tal problema comportase semejante pánico. Puede hacer que se tambaleen los juicios de valor y en consecuencia el amor propio o la valentía que están ligados a ellos. Poco a poco voy tomando posesión de mis sentidos. La desagradable sensación ha pasado, pero ahora siento una desconfianza total sobre mí, mis sentidos y sus respuestas.  Pasa un tiempo que se alarga en sí mismo. Estoy completamente inmóvil. Me animo a  mí mismo. Ya ha pasado todo- me digo-. Me siento preocupado pero bien, hasta podría susurrar una canción, cosa que por supuesto no me apetece hacer lo más mínimo, así que echándole valor, me de